sexta-feira, 27 de fevereiro de 2009

PONTO DE DEBATE


“¿Un otro mundo es posible? Ponderaciones desde el Foro Social Mundial de Belém/2009”
Conchita Pazo – socia efectiva de la ONG Ser Mujer

La ONG Ser Mujer, representado por Conchita Pazo y Gracia Massad, participó de la 9ª Edición del Foro Social Mundial realizado en Belém- Pará en el período de 26/01 a 02/02/09. Durante seis días de un calor intenso, lluvias vespertinas torrenciales, atascos, largas distancias entre los locales de presentación de los trabajos, pero también mucha alegría y gentileza, cien mil personas que vinieron de los más diversos lugares del planeta se reunieron para decir que un mundo diferente de este que vivimos es posible y, más que nunca, necesario.
Desde su primera edición, en 2001, el FSM se constituyó aglutinando varios actores que vinieron de los movimientos sociales, de las organizaciones no gubernamentales, intelectuales académicos(as) y sindicalistas que se contraponían al neoliberalismo. Desde 1999, con las manifestaciones antineoliberales en Seattle (EEUU) y el gran ruido del Greenpeace que apuntaba la catástrofe ambiental para a cual el mundo se dirigía, grupos siguen llamando la atención para la irresponsabilidad e irracionalidad del modelo económico hegemónico en el mundo, basado en el consumo y en la rápida obsolescencia de los productos, en la despolitización de la economía, en la colocación del Estado a merced del mercado financiero, en la quema de combustibles fósiles y en la desconsideración al equilibrio del ecosistema, indispensable para la salud del planeta y del ser humano. Desde esa época hasta mediados de 2008, los participantes de los FSM eran vistos por muchos como alardeadores desorbitados de un futuro negro no compatible con el cuadro de abundancia de riqueza y retirada de millones de personas de la línea de la pobreza que las directrices económicas del neoliberalismo globalizado y hegemónico tenían.
Pasados ocho años, la derribada de las Torres Gemelas, la militarización del mundo tensado por las guerras de EEUU - Israel y el mundo musulmán, seis años de gobierno petista(PT) en Brasil y algunos escándalos, la elección del primer negro para la presidencia de EEUU y la mayor crisis económica financiera mundial desde la gran depresión de 1929 tornan las ediciones de 2009 de los Foros de Belém y Davos históricas. Por increíble que parezca, los diagnósticos sobre la estruendosa crisis realizados por representantes de los dos lados coincidieron, siendo que discreparon con relación a las causas relacionadas y el tratamiento propuesto. Tanto en Davos como en Belém existe el acuerdo de que las tensiones entre expansión económica y conservación del ambiente son el fulcro del problema y deben ser encaradas.
Ambos los lados concuerdan que las bases del capitalismo estarían engendrando tal crisis, pero mientras unos apuestan que él es incompatible con la supervivencia de las futuras generaciones otros creen que es inherente a él cíclicas adaptaciones debiéndose entonces eliminar algunos excesos y crear nuevos mecanismos de control. Es en este punto que piden la palabra, en tono crítico, los grupos e intelectuales que participaron del FSM de Belém. Para éstos, la actual crisis es el golpe de misericordia en el fin de la hegemonía acrítica del “pensamiento único”. Un desarrollo técnico increíble sin control ético está llevando el mundo a una crisis financiera, ecológica y alimentar. Todas tienen la misma base: la irracionalidad y perversidad del sistema capitalista.
La solución que los capitalistas dieron en Davos para la crisis es una mayor regulación del capitalismo. En Belém, en varias oficinas se levantó el incómodo de esta nueva izquierda (una mezcla de centrales obreras, ONGs, movimientos sociales, intelectuales, religiosos), hija de los sucesivos Foros Sociales, no tener, después de nueve ediciones, formulado alternativas cabíbles a las crisis que anunciaban y que ahora presencian. Esta solución está siendo llamada de socialismo del siglo XXI, que parte también de la crítica de las experiencias burocráticas y malhadadas de estados comunistas totalitarios experimentados a lo largo del siglo XX.
¿Lo qué sería ese “socialismo”? ¿Tendría él poder de aglutinar las fuerzas de los movimientos sociales y de las organizaciones no gubernamentales, extremadamente fragmentados, en el escenario político de izquierda y de resistencia al sistema? Los movimientos e instituciones se atomizaron tanto que tendrían, antes de cualquiera acción, que aparar las aristas dentro de los movimientos de mujeres, de los sintierra, de los negros, de los indígenas, de los quilombolos, entre otros, para entonces compartir la construcción de un discurso que, salvaguardando las diversidades, pudiese apuntar opciones para la crisis mundial que hace mucho se dibuja en el horizonte. Un proyecto antihegemónico más cohesionado, que redefine las calidades de producción y consumo de la humanidad aún está por ser consensuado entre los movimientos. El FSM siempre fue escena de construcción de estrategias y alternativas, pero solamente ahora, sintió la urgencia de las respuestas. Allá de críticas, lanzadas por algunos participantes del Foro, de que éste estaba volviendose poco democrático y disperso al concentrar las decisiones sobre la estructura y las directrices del mismo en las manos de ocho entidades e incentivar la realización de 2400 oficinas de las más diversas instituciones y causas; ellos también intentaron elencar sino alternativas abarcantes, posiciones y actitudes de luchas pasibles de, por lo menos, hacer estremecer un poco el status quo del sistema económico social actual, como por ejemplo el apoyo la CPI de la deuda pública, considerada uno de los ejes mantenedores de las relaciones entre Estado y sistema financiero, o el fortalecimiento de universidades populares y la educación popular como medios de concienciación de los procesos en curso y aglutinación de fuerzas populares en prol de cambios radicales.
Sin la pretensión de estar dando cualquiera conclusión para tema tan complejo, lanzo apenas más un elemento complicador del debate y, mientras, esencial, creo, al mismo. Llamaría del factor subjetivo de toda la cisma capitalista que vive el Occidente. En raro momentos se tangenció en el Foro como los individuos, en sus singularidades, viven el “bien y el mal” del sistema. ¿Lo qué sustituiría mi deseo irrefrenable por cambiar mi coche, o inyectarme Botox o ir al Caribe? ¿Tendría yo de tener algún grado de “culpa” por tener el “derecho” de usufructuar de distintos beneficios? ¿Cómo internalizo, subjetivo y absorbo valores sin darme cuenta de un proceso anestesiador qué me lleva a desconsiderar, sin percibir, las aberrantes diferencias de clase del sistema? ¿Cómo internalizo, subjetivandome, éste ser capitalista qué anhela de manera tan individual y despegada del colectivo?
Ser Mujer, al apostar en la educación popular de liderazgos femeninos de la Región Serrana, cree estar aportando con la formación de ciudadanas que, en el momento que adquieran el conocimiento crítico de procesos vinculados al momento histórico actual, principalmente aquéllos relacionados a las desigualdades de género, se empoderam al transmitir a sus pares las experiencias de transformación vividas en las oficinas y capacitaciones ofrecidas. Una especie de proyecto en el que se buscan significados y entendimientos para los procesos vividos en la interseción entre el personal y el socialcolectivo. La experiencia de una mujer blanca, escolarizada y en la media edad es diferente de la negra, escolarizada, viviendo en una comunidad y joven. Mientras, es necesario buscar las identificaciones, los reconocimientos de puntos de lucha en común entre las experiencias a fin de converjan para un discurso y una operacionalización práctica del mismo que desemboque en posibilidades de experiencia colectivo individual de un mundo distinto, posible y necesario.


Nova Friburgo - Brasil, febrero de 2009

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